Ventajas de la formación educativa con foco en sostenibilidad

Por: Santos Manuel Cavero López | Doctor en derecho. Profesor universitario, abogado y economista

En 2017 se elaboró el Documento de Trabajo Opex núm. 86/2017 en el que se planteaban algunas reflexiones y propuestas en educación para la sostenibilidad en España editado por la Fundación Alternativas y Red Española para el Desarrollo Sostenible, considerando que la educación y la formación se conforman como elementos clave para hacer avanzar la sociedad y la economía hacia un modelo de desarrollo sostenible: los programas de enseñanza y aprendizaje son necesarios para lograr una producción y un consumo de energía ecológica y socialmente más sostenibles, un uso racional de los recursos naturales, promover la protección de la biodiversidad y los ecosistemas, reducir la cantidad de residuos y su reutilización y reciclaje, permitirnos respetar nuestro ecosistema y promover el respeto por las personas que los producen, ello sin impedir el avance y el crecimiento de las sociedades y las economías.

El Documento de Trabajo presentaba, entre las propuestas y recomendaciones para desarrollar la educación para la sostenibilidad en el sistema educativo español, las siguientes:

En la enseñanza no universitarias, en primer lugar la necesidad de incluir las disposiciones pertinentes por parte de la administración educativa para pasar en educación Primaria y primeros cursos de educación secundaria de un currículo parcelado, centrado en los contenidos y desequilibrado en cuanto al peso de las disciplinas a un currículo abierto; en segundo término, modificar los desarrollos curriculares de estos niveles educativos, de tal manera que la crisis civilizatoria que padece el planeta y los problemas ambientales sean los ejes de dicho desarrollo; igualmente, incentivar el desarrollo de proyectos de trabajo en educación primaria y los primeros cursos de secundaria acogidos en varias materias, también en forma de proyectos del centro, adaptados a las problemáticas más visibles; en cuarto lugar, modificar la organización escolar (estructuras, funcionamiento, agrupaciones, tiempos y espacios) y favorecer e impulsar agrupaciones y horarios flexibles que permitan trabajar tanto entre iguales como entre diferentes y en diversos espacios; y finalmente, plantear la incorporación, para los últimos cursos de Educación Secundaria, en Bachillerato y Formación Profesional, de una posible asignatura “Cultura de la sostenibilidad”.

En el ámbito universitario propone, en primer lugar, que todos los estudiantes matriculados en cualquier curso de grado o posgrado deberían recibir una formación básica en sostenibilidad y ODS; además, que las universidades como centros de investigación primen e incentiven la realización de proyectos innovadores encaminados a alcanzar los ODS y una gestión más sostenible de los recurso; producir un cambio en la priorización de las políticas que se aplican por parte de los dirigentes, políticos y gestores actuales; y, por último, crear departamentos, centros y áreas de encuentro y trabajo compartido basados en temáticas y problemas específicos en los que puedan integrarse profesionales de campos muy diversos desde la economía, al derecho, la sanidad, las ingenierías, las ciencias de la vida o las ciencias sociales.

Por ello, sin duda la educación para la sostenibilidad constituye un nuevo reto para el actual modelo académico de enseñanza -también en el ámbito universitario como FERNÁNDEZ PÉREZ recogió en su artículo de 2017 – al requerir del esfuerzo de las universidades para adaptar su investigación e innovación desde diferentes disciplinas para dar solución a los retos globales: las universidades están comprometidas a alinear la investigación y la innovación en todas las disciplinas para brindar soluciones a los desafíos globales, por lo que enseñar y formar profesionales responsables y ciudadanos socialmente comprometidos que puedan afrontar los desafíos de un mundo globalizado es otra prioridad a la que las universidades deben adaptarse, por lo que las políticas universitarias deben abordar los objetivos de sostenibilidad y las responsabilidades sociales de manera horizontal.

Expuesto lo anterior, ¿Cuáles son las ventajas de educar en sostenibilidad?

  • La educación sobre sostenibilidad es una herramienta valiosa para ayudar a resolver importantes problemas ambientales globales, como el cambio climático: desarrollar una nueva generación de líderes, inversores, ciudadanos y diplomáticos es esencial para gestionar nuestros recursos de manera más eficaz, lo que permitirá que el planeta sostenga el progreso tecnológico y social sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
  • El objetivo de la educación en sostenibilidad es enseñar a estudiantes los principios de la sostenibilidad y aplicarlos en la vida cotidiana, por lo que los estudiantes aprenden prácticas comerciales y ambientales responsables, así como ecología, energía, ciencias ambientales, etc.. herramientas que les permiten comprender mejor cómo proteger el medio ambiente, promover la permacultura, gestionar los recursos de forma eficaz y convertirse en mejores ciudadanos: la enseñanza sobre la sostenibilidad desempeña un papel importante a la hora de crear conciencia sobre los problemas medioambientales que se enfrentan hoy en día, ya que al enseñar a los estudiantes sobre el problema y su impacto potencial, se sienten inspirados a convertirse en parte de la solución lo que significa que los futuros líderes tendrán una comprensión más profunda de cómo las acciones afectan el medio ambiente y a las personas.
  • Otro de los objetivos básicos de la educación para el desarrollo sostenible es promover una cultura de responsabilidad, lo que ayuda a los estudiantes a comprender cómo sus acciones individuales y colectivas afectan el medio ambiente, además de que les ayuda a desarrollar habilidades como tomar decisiones informadas, mantener una visión a largo plazo y trabajar juntos en beneficio de la sociedad: la enseñanza de la sostenibilidad incluye prácticas de desarrollo sostenible con el objetivo de mejorar la calidad de vida a través del servicio comunitario, el uso de energías renovables, la educación sobre el reciclaje y la conservación de los recursos naturales, actividades éstas que permiten a los estudiantes aprender a identificar formas de reducir el desperdicio y aumentar la eficiencia, lo que ayudará a construir economías locales más fuertes y saludables que contribuyan a la prosperidad global.
  • Además de educar a los estudiantes sobre los principios de la sostenibilidad, la educación sobre la sostenibilidad puede ayudar a cambiar el comportamiento en las comunidades, pues permite adquirir habilidades que ayudan a las personas a comprender la importancia del consumo responsable, el uso de energías renovables y la conservación de los recursos naturales.
  • Otra contribución de la educación para la sostenibilidad es su enfoque en la diversidad, puesto que esta educación está orientada a la comprensión de los derechos de los pueblos indígenas, la igualdad de género, el respeto a la justicia ambiental, el respeto a la naturaleza y la promoción de la cooperación internacional.


La Educación para el Desarrollo Sostenible -dice la UNESCO – es la respuesta del sector educativo a los desafíos urgentes y críticos que enfrenta nuestro planeta, pues en su consideración, las actividades colectivas de la humanidad han alterado los ecosistemas de la Tierra hasta tal punto que la propia existencia parece amenazada por cambios que cada día que pasa son cada vez más difíciles de revertir: detener el calentamiento global antes de que alcance niveles catastróficos requiere soluciones integrales a los problemas ambientales, sociales y económicos, y en ello, la Educación para el Desarrollo Sostenible, incluida en la Agenda de Educación 2030 de la UNESCO, se fija como objetivo lograr la transformación personal y social necesaria para cambiar esta dirección, por lo que dispone de una caja de herramientas para la educación para el desarrollo sostenible, conforme a la hoja de ruta publicada en 2020 de la EDS para 2030.