Inversiones socialmente responsables

La COVID-19 ha otorgado más relevancia a los criterios ASG en las inversiones financieras

Evolución de las inversiones

Las inversiones socialmente responsables tienen su origen en el siglo XIX. Cuando surgen los primeros movimientos como respuesta al incremento de los niveles de contaminación producidos durante la Revolución Industrial.

Sin embargo, no fue hasta la década de 1950 cuando se empiezan a aplicar políticas de inversión con una estrategia de “discriminación negativa”. Por el cual, se discriminaban actividades como la producción de tabaco y alcohol.

En las siguientes décadas, durante eventos como la Guerra de Vietnam o el apartheid en Sudáfrica, estas políticas se actualizaron. Excluyendo también de sus carteras empresas vinculadas con la producción de armamento, aprovisionamiento militar o países con regímenes totalitarios.

La evolución del concepto de Inversiones Socialmente Responsables derivó en la sustitución de la exclusión de determinadas actividades por la inclusión de modélicas. Amparándose bajo el concepto de “discriminación positiva”.

En los últimos 30 años se han producido importantes movimientos a favor de un mundo más sostenible (Rio 1992, Kioto 1997 y Paris 2015). Esto ha supuesto que las variables extra financieras, conocidas por las siglas ASG (ambiental, social y gobierno), se hayan situado en el centro de las miradas de los principales inversores.

Volatilidad en los mercados financieros

La crisis producida por la pandemia del coronavirus COVID-19, también conocida como cisne negro (El Cisne Negro, Nassim Taleb, 2007), ha supuesto un punto de inflexión en la economía y en la sociedad. Según Taleb se trata de un hecho a priori improbable. Para el que no hay ninguna evidencia de que vaya a suceder y que, por tanto, es una sorpresa para los analistas y para el mercado. Afectando de forma importante a la economía o política mundial.

Esta crisis ha supuesto una elevada volatilidad en los mercados financieros, con una importante caída de los principales mercados y valores cotizados. No hay duda que dejará un poso profundo, con mayor incertidumbre y con rendimientos desiguales en función de las políticas monetarias aplicadas y de la recuperación sanitaria.

Inversiones bajo criterios ASG

Asimismo, el comportamiento de los índices sostenibles respecto a otros índices ha sido en general bastante positivo. “Los datos son alentadores” apuntan desde la gestora Schroders, una de las más importantes a nivel mundial. BofA revela que el 20% de las acciones con mejor calificación ESG han superado al mercado estadounidense en más de cinco puntos porcentuales durante la reciente corrección.

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En definitiva, las inversiones bajo criterios ASG muestran una mejor resiliencia y gestión del riesgo. Como consecuencia del estudio más profundo de las compañías donde no solo se valoran criterios financieros (como rentabilidad y riesgo). Sino que se valoran con la misma intensidad criterios extra financieros (huella carbono, cambio climático, impacto biosfera, condiciones trabajo, diversidad, igualdad laboral, estructura de gobierno, ética empresarial…). Esto supone un conocimiento más profundo de la compañía.

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Momentos como el actual ponen en valor este componente de gestión de riesgo. Por lo que las gestoras han acelerado la apuesta por la inversión sostenible. Se espera que la demanda en este tipo de productos se incremente en los próximos meses gracias al buen rendimiento que han mostrado en los últimos meses.
La COVID-19 ha revelado que los criterios ASG en las inversiones financieras son más importantes que nunca. Y que esta situación representa una oportunidad única para innovar y aportar valor a la sociedad.

Dr. Daniel Caridad López del Río, Profesor de CMI Business School

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